miércoles, 21 de octubre de 2009

LA CATEGORÍA DE EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO EN MARX

Barrios Graziani, Leticia*



Introducción

La categoría de explotación en Marx se nutre a su vez de varias teorías: la del valor- trabajo, la de los salarios, la alienación del trabajo y la depauperización absoluta y relativa. De la primera se desprende la noción de plusvalía y sus diversos tipos y un concepto desarrollado tardíamente por Marx, el relativo a la subsunción del trabajo.

La suposición de que el trabajador es explotado en el sistema capitalista parte de las premisas de que este tipo de sociedad se basa en relaciones desiguales e injustas basadas en el acaparamiento y en la expropiación por parte del capital, del trabajo producido por los trabajadores asalariados.

A diferencia de la teoría clásica, Marx señala que el trabajo es una mercancía y que el capitalista entra en el mercado de trabajo para comprar el trabajo mercancía (fuerza de trabajo), con el dinero equivalente del valor de cambio de la fuerza de trabajo. Según la teoría del valor trabajo, elvalor de cambio de la fuerza de trabajo está determinado por el tiempo de trabajo necesario para su producción, o lo que vale decir, el tiempo de trabajo incorporado en los medios de subsistencia del trabajador.

Marx también introduce el concepto de jornada de trabajo. Esa jornada se divide en trabajo necesario y constituye la fuerza de trabajo necesaria para reproducir el valor de cambio, mientras que el resto de la jornada es el sobre- trabajo. La tasa de plusvalía se constituye a partir del sobre trabajo que se genera en la jornada de trabajo.

Marx también discute la formulación de la jornada de trabajo en el contexto de dos derechos enfrentados: los derechos del capitalista a prolongar la jornada de trabajo hasta su máxima duración, y los derechos del trabajador a reducir la jornada de trabajo a una duración normal definida. Entre esos derechos, la que decide es la fuerza. Esta fuerza se convierte en la esencia del conflicto de clase:

“Por eso en la historia de la producción capitalista, la determinación de lo que es una jornada de trabajo se presenta como el resultado de una lucha, una lucha entre el capitalista colectivo, es decir, la clase de los capitalistas, y el trabajo colectivo, es decir, la clase trabajadora” (Marx, 1975:259)

Apropiación y acaparamiento

De una lectura del tomo 1 del El Capital se desprende que para Marx, el análisis histórico ha permitido comprobar que el enriquecimiento social, la generalización del comercio, la acumulación primitiva del dinero, la producción de una masa cada vez mayor de plusvalía, no son, en ninguna parte del mundo, producto de una abstinencia voluntaria por parte de los productores que mediante sus actividades económicas logran enriquecerse. Por el contrario, la generalización de la producción de mercancías, la acumulación primitiva del capital dinero y su circulación acelerada con vistas a obtener la plusvalía, son producto de una “apropiación”, de un “acaparamiento” por una parte de la sociedad humana del sobreproducto social producido por la otra parte de esta misma sociedad. Evidentemente, la apropiación se caracteriza por la abstinencia de los productores a los que se somete a percibir un salario de subsistencia.

Este proceso se ubica con el nacimiento mismo del capitalismo, tal como lo afirma Ernest Mandel (1969).

En la producción capitalista, el productor separado de sus medios de producción no es ya dueño de los medios de los medios de producción y solo puede vivir vendiendo –transformándola en mercancía- su propia fuerza de trabajo, a cambio de un salario que le permite adquirir esos medios de subsistencia. El paso de la producción simple de mercancías a la producción capitalista propiamente dicha se caracteriza, pues,por dos fenómenos paralelos: la transformación de la fuerza de trabajo en mercancía, por una parte; la transformaciónde los medios de producción en capital, por otra. Estos dos fenómenos concomitantes nunca se produjeron en gran escala con anterioridad a su aparición en el siglo XVI y sobre todo, en el siglo XVIII, en Europa occidental, principalmente en Gran Bretaña. (Mandel, 1969: 164).

En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels (1986) señalan la historia de la explotación del trabajo. Historia que se remonta a las iniciales formaciones económico- sociales de la humanidad: El propietario de esclavos les distribuía alimento, apropiándose a cambio del producto de su trabajo. El señor feudal se apropia de los productos del trabajo gratuito que sus siervos estaban obligados a realizar para él. El capitalista compra la fuerza de trabajo del obrero. Bajo estas diferentes formas, las clases poseedoras se apropian siempre del sobreproducto social, el producto del sobretrabajo de los productores.

De todo lo anterior se desprende, que la categoría de explotación es inherente al trabajo de la humanidad, y está estrechamente vinculada a la existencia de propiedad privada. La explotación supone una profunda desigualdad entre los que producen y entre los dueños de los medios de producción, en la que estos últimos se apropian del trabajo y acaparan la riqueza social producida, destinando tan solo un salario de susbsistencia a los productores.

A continuación, se pueden visualizar los componentes de la producción de mercancías en el capitalismo:





Las formas de la plusvalía

El capitalista compra la fuerza de trabajo como compra cualquier otra mercancía, par realizar su valor de uso. El valor de uso de la fuerza de trabajo, es la facultad de crear plusvalía, de suministrar sobretrabajo, más allá del trabajo necesario para producir el equivalente del salario. De modo tal, que para ser contratado por un patrón, el obrero trabajará más tiempo del que es necesario para producir este equivalente. Cuando hace esto crea un valor nuevo, a cambio del cual el ya no cobra nada. Crea plusvalía, que es la diferencia entre el valor creado por la fuerza de trabajo y el valor de la propia fuerza de trabajo.

El proceso de acumulación de capital, el cual se encuentra dominado por las leyes de la competencia, pone en peligro constantemente la tasa de ganancia aspirada por los capitalistas, este fenómeno los obliga a obtener más ganancia por la vía de la explotación del trabajo y ello se traduce en una imperiosa necesidad de reducir el tiempo de trabajo necesario destinado a la producción de mercancías. Esto se obtiene a través de diversas vías:

a) La prolongación de la jornada de trabajo

Marx explica que la plusvalía se puede obtener de diversas formas, una de ellas es prolongar la jornada de trabajo al máximo, sin aumentar el salario cotidiano. Sí se presume que el obrero produce en cinco horas el equivalente de su salario, la prolongación de la jornada de trabajo de diez a doce horas sin aumento de salario incrementará el sobretrabajo de cinco a siete horas por día, es decir en un 40%. Esta forma de plusvalía se denomina plusvalía absoluta.

Tal como se puede observar en el siguiente ejemplo: Supóngase una jornada de 8 horas y que esta sea prolongada a 10 horas de trabajo. La tasa de plusvalía se calcula dividiendo el Tiempo de Trabajo Suplementario entre el Tiempo de Trabajo Necesario.

Pl= TTS/TTN x 100

En el primer caso (jornada normal de trabajo)la tasa de plusvalía será igual a 100%. Mientras que en el segundo caso (con la prolongación de la jornada de trabajo) esta aumenta en un 150%.



Caso 1: Jornada Normal de Trabajo





Caso 2: Jornada prolongada de trabajo

Marx considera que estas prolongaciones de la jornada de trabajo a la larga resultan improductivas y antieconómicas para el capitalista, de modo que la fijación de una jornada normal de trabajo o de duración racional es la mejor estrategia para elevar al máximo los beneficios.

b) Incremento de la productividad e intensidad del trabajo

Otra forma de obtener plusvalía se basa en la reducción del tiempo de trabajo necesario y en el aumento del tiempo de trabajo suplementario. A esta se conoce como plusvalía relativa.

La plusvalía relativa se obtiene del incremento de la productividad del trabajo, gracias al empleo de nuevas máquinas, de métodos de trabajo más racionales, de la división del trabajo más perfeccionada. Marx señala lo siguiente:

“El valor de las mercancías está en proporción inversa a la productividad del trabajo. Y así ocurre también con el valor de la fuerza de trabajo, porque depende de los valores de las mercancías. La plusvalía relativa es, por el contrario directamente proporcional a la productividad. Sube cuando la productividad sube, y desciende cuando la productividad desciende” (Marx, 1975: 247)

En cuanto a la intensidad del trabajo puede entenderse según algunos autores (Mandel, 1969) como una forma de plusvalía absoluta, pero basada en una reducción del tiempo de trabajo necesario. El argumento de Mandel es que el trabajo que podría realizar un obrero en 13 o 14 horas lo termina haciendo en 10 horas. La intensificación del trabajo es propia de los modelos de tipo tayloristas basados en la vigilancia y supervisión del trabajo y la reducción del tiempo muerto. La adopción de la teoría fisiológica del trabajo sustentada en la adaptación del cuerpo humano a la labor, mediante el estudio de tiempos y movimientos, todo ello contribuye a que el trabajo necesario se reduzca. Como se puede observar en este caso, la Tasa de Plusvalía se incrementa con respecto a los casos anteriores y será igual a: 166 %.





Caso 3: Jornada intensificada de trabajo





Caso 4: Jornada de trabajo productivo

La productividad está asociada a la innovación tanto organizacional como tecnológica, esta vía, para el capitalista, puede ser preferible a la de la intensificación del trabajo, ya que permite reducir al máximo el tiempo de trabajo necesario. En el caso del ejemplo anterior la plusvalía asciende a un 300%.

La teoría marxiana de la innovación (cambio técnico) y su efecto en el aumento de la plusvalía relativa está ampliamente desarrollada en el tomo III de El Capital, y es definida como la institución de un nuevo método de producción de mercancías. Esta se presenta en tres formas: ahorro de trabajo, caracterizada por el aumento de la composición orgánica del capital; ahorro de capital, caracterizada por la disminución de la composición orgánica del capital; y las innovaciones neutrales sin alterar la composición del capital. Según Marx, las más frecuentes son las relativas al ahorro del trabajo.

Así mismo, en el Tomo 1 de El Capital, Marx enumera los factores subyacentes que tienden a elevar la productividad del trabajo y la plusvalía relativa:

1- 1-El incremento en la fuerzas de trabajo mecánicas

2- 2-La ocupación de grandes masas de trabajadores

3- 3-El estímulo de la emulación y el entusiasmo en los trabajadores

4- 4-La simultánea realización de diferentes operaciones

5- 5-El uso común y económico de los medios de producción

6- 6-La reconversión de los productos gastados en nuevos elementos de producción(reciclaje)

En las formas contemporáneas de trabajo se puede encontrar, sin embargo, combinación de intensificación del trabajo y aumento de la productividad, dando como resultado un aumento significativo de la tasa de ganancia, por ejemplo en el caso siguiente la tasa de plusvalía logra ascender a 700%.



Caso 5: Jornada de trabajo productivo e intensificado

La subsunción

Marx desarrollo el concepto de subsunción del trabajo en sus Manuscritos económicos filosóficos y la define de este modo:

“El proceso de trabajo se convierte en el instrumento del proceso de valorización, del proceso de la autovalorización del capital: de la creación de plusvalía. El proceso de trabajo se subsume en el capital y el capitalista se ubica en él como dirigente, conductor; para éste es al mismo tiempo, de manera directa, un proceso de explotación de trabajo ajeno. Es esto a lo que denomino subsunción formal del trabajo en el capital. Es la forma general de todo proceso capitalista de producción, pero es a la vez una forma particular respecto al modo de producción específicamente capitalista, desarrollado, ya que la última incluye la primera, pero la primera no incluye necesariamente la segunda.” (Marx,1970: 15)

Marx identifica este tipo de subsunción con la plusvalía absoluta y el prolongamiento de la jornada de trabajo. Esta subsunción formal se ubica históricamente como la forma inicial de explotación del capitalismo y supone la existencia de relaciones de subordinación y hegemonía. Subordinación del productor respecto al explotador de su trabajo y hegemonía del explotador sobre el productor.

El modo de producción específicamente capitalista aparece con la plusvalía relativa, esta supone la existencia de una mejor división del trabajo; la introducción de maquinarias y en general, la transformación del proceso productivo. La plusvalía relativa supone lo que Marx denomina la subsunción real del trabajo.

“Del mismo modo que se puede considerar la producción de la plusvalía absoluta como expresión material de la subsunción formal del trabajo en el capital, la producción de la plusvalía relativa puédese estimar como la de la subsunción real del trabajo en el capital. La característica general de la subsunción formal sigue siendo la directa subordinación del proceso laboral -cualquiera que sea, tecnológicamente hablando, la forma en que se le lleve a cabo- al capital. Sobre esta base, empero, se alza un modo de producción no sólo tecnológicamente específico que metamorfosea la naturaleza real del proceso de trabajo y sus condiciones reales: el modo capitalista de producción. Tan sólo cuando éste entra en escena se opera la subsunción real del trabajo en el capital”(Marx, 1970: 23).

Productividad,salarios y depauperización

Para Marx los salarios dependen de dos tipos de fluctuaciones de corto plazo y de largo plazo. Las de corto plazo dependen del ciclo capitalista, que se caracteriza por estancamiento, crisis, recuperación y auge. Encontramos que en la fase de recuperación la masa de desempleados es abundante lo que hace que los salarios permanezcan estables; en la fase de auge el desempleo ha disminuido y los salarios suben, lo cual presiona entre otros factores a que caiga la tasa de ganancia y se expulse de nuevo amplios contingentes a la fila del desempleo, cayendo los salarios en estas condiciones.

En cuanto a las fluctuaciones de largo plazo, ella depende de los procesos de acumulación de capital. Cuando la acumulación de capital se efectúa a un ritmo más lento que el crecimiento de la demanda de empleos que ella misma genera, los salarios reales permanecen estables o incluso tienden a caer. Así mismo el ejército industrial de reserva tiende a crecer. Por el contrario, cuando la acumulación de capital logra un ritmo más rápido que el de la demanda de empleo, el ejército industrial de reserva deja de crecer y se reabsorbe, generando un lento ascenso de los salarios.

En general, los aumentos de productividad del trabajo tienen un efecto contradictorio sobre los salarios. En la medida en que reduce el valor de los bienes de subsistencia, si no disminuye el salario absoluto tiende a disminuir el salario relativo. Igualmente la acumulación de capital tiene un efecto contradictorio. Por un lado crece el desempleo tecnológico como resultado de la introducción de tecnología, pero por el otro, en la medida en que se acumula la plusvalía, crecen nuevas empresas y esto hace que el ejército industrial de reserva se reduzca.

Es importante señalar la distinción que hace Marx en su obra Trabajo asalariado y capital, entre salarios relativos y reales:

“Los salarios relativos pueden bajar, aunque los salarios reales suban simultáneamente con los salarios nominales, con el valor en dinero del trabajo. Sí el capital aumenta rápidamente, los salarios pueden subir: el beneficio del capital sube de un modo incomparablemente más rápido. El poder de la clase capitalista sobre la clase trabajadora ha aumentado, la posición social del trabajador ha empeorado, ha descendido un escalón más, por debajo de la del capitalista”. (Marx,1986:40)

A esto se agrega, que la aplicación de formas de tecnología más altas bajo el capitalismo desplaza crónicamente al trabajo de la producción. Este desplazamiento aumenta las filas de los desempleados, lo que reduce las cuotas de los salarios de subsistencia. Como la subsistencia es flexible en su descenso, el incremento de la miseria es indudable.

En cuanto a la depauperización que se genera en los asalariados es preciso señalar que para Marx la depauperización absoluta no tiene lugar en los trabajadores asalariados sino en los desempleados. La depauperización absoluta aparece en el ejército industrial de reserva y también aparece de manera periódica en los periodos de desempleo coyuntural. Tal como señala Mandel (1969):

“La teoría de la depauperización absoluta del proletariado no se encuentra en la obra de Marx. Tal teoría le ha sido atribuida por adversarios políticos, ante todo por la corriente llamada “revisionista” del partido socialdemócrata alemán” (Mandel, 1969: 205)

La depauperización relativa se refiere al aumento de los salarios a largo plazo de un modo inferior al aumento de la riqueza social y de la productividad media del trabajo. El obrero moderno en lugar de elevarse con el progreso de la industria, desciende cada vez más por debajo de las condiciones de existencia de su propia clase. Se convierte en un pobre y la pobreza se desarrolla más rápidamente que la población y la riqueza.

En diferentes páginas de El Capital, encontramos las diversas denominaciones que Marx le asigna al “pauperismo”: “agonía en el trabajo”; “sufrimiento”; “hambre”; “degradación moral e intelectual”; “condiciones de vida más pobres”.

Trabajo enajenado

Marx concibe al trabajo como una mercancía y la define de este modo en los Manuscritos:

“Con la misma Economía Política, con sus mismas palabras, hemos demostrado que el trabajador queda rebajado a mercancía, a la más miserable de todas las mercancías; que la miseria del obrero está en razón inversa de la potencia y magnitud de su producción; que el resultado necesario de la competencia es la acumulación del capital en pocas manos, es decir, la más terrible reconstitución de los monopolios; que, por último, desaparece la diferencia entre capitalistas y terratenientes, entre campesino y obrero fabril, y la sociedad toda ha de quedar dividida en las dos clases de propietarios y obreros desposeídos.”(Marx, 1970: 123)

La enajenación se expresa por la pérdida total de control del trabajador sobre sus condiciones de trabajo, sobre sus instrumentos de trabajo y sobre el producto de su trabajo. Este proceso se acentúa cuando se produce plusvalía relativa. Así lo describe Marx:

“El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su producción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías produce. La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajo no sólo produce mercancías; se produce también a sí mismo y al obrero como mercancía, y justamente en la proporción en que produce mercancías en general. Éste hecho, por lo demás, no expresa sino esto: el objeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un ser extraño, como un poder independiente del productor. El producto del trabajo es el trabajo que se ha fijado en un objeto, que se ha hecho cosa; el producto es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es su objetivación. Esta realización del trabajo aparece en el estadio de la Economía Política como desrealización del trabajador, la objetivación como pérdida del objeto y servidumbre a él, la apropiación como extrañamiento, como enajenación” (Marx, 1970: 140)

La teoría de la alienación completa el ideario marxista de la explotación del trabajo en el capitalismo. En este sentido, no se trata tan solo de la “expropiación” de lo producido por el trabajador, esta expropiación conduce a un proceso de “desvalorización” del trabajador.

Conclusiones

La categoría de explotación en Marx supone destacar una serie de aspectos relevantes para el estudio de las relaciones de trabajo en la presenta era, entre ellos se resalta la utilidad de la ley del valor; a la luz de esta teoría se puede investigar la difusión industrial de las nuevas tecnologías en el sector productivo; la incidencia del aumento de la tasa de plusvalía en la reorganización productiva y la creciente polarización social está recreando una fuerte desproporción entre la producción y el consumo. Así mismo, se puede indagar cuáles son las tendencias que alientan y limitan la recomposición de la tasa de ganancia en el largo plazo.

Con la ley del valor se explica además, por qué el capitalismo funciona en forma descontrolada y desequilibrada y cómo el trabajo socialmente necesario es el elemento determinante del valor de las mercancías. A partir de esta determinación cuantitativa del trabajo socialmente necesario, es que el capital define los niveles de inversión, las formas de la competencia, las tasas de beneficio y los ritmos de la acumulación.

El análisis de la productividad del trabajo implica estudiar el cambio tecnológico, así como la introducción de los nuevos productos y las nuevas formas de producción, ya que en ellos se modifican los tiempos de trabajo y los valores relativos de todas las mercancías. De estos cambios surgen los beneficios extraordinarios, que desplazan la inversión de una rama a otra y las pérdidas acumulativas que desembocan en la crisis.

El centro de la teoría de la explotación se asienta en el trabajo generado y no remunerado a los asalariados. No hay forma de comprender el funcionamiento de la economía contemporánea soslayando o desconociendo este principio.

El incremento de la tasa de explotación es una constante presente en las últimas dos décadas en la economía capitalista. Manifestación de ello lo representan los fenómenos de desregulación laboral, desempleo estructural y expansión de la pobreza. Conjuntamente tiene lugar un retroceso de los derechos de los trabajadores, y un fortalecimiento del control gerencial dentro de las empresas. Este avance patronal ha conducido al estancamiento de los salarios en los países centro y al retroceso absoluto en las naciones periféricas.

La amplia existencia de trabajo precario y el desplazamiento del capital en busca de mano de obra “barata” demuestran que el "costo salarial" continúa siendo un referente central de la ganancia y que el ingreso del trabajador representa para el empresario un gasto, que disminuye en proporción a la caída de los sueldos.

En cuanto a los salarios se puede concluir lo siguiente, que se trata de una lucha entre el capitalista y el obrero, en la que el obrero siempre pierde, cuestión que se demuestra en las tres condiciones básicas de la sociedad capitalista:

Primero, si la fase es de descenso, el trabajador sufre las consecuenciaspeores, puesto que sus salarios caen.

Segundo, sí la fase es de recuperación, la oferta de trabajo será menor que la demanda, generándose un exceso de trabajo; un aumento de la división del trabajo y una mayor concentración de capitales.

Tercero, sí la fase es de expansión, se genera la competencia entre los trabajadores lo cual provoca una caída de los salarios.

El aumento de la explotación, la desocupación y la pobreza afectan la capacidad de los trabajadores para actuar como clientes de la producción masiva. Al estancarse los ingresos de los asalariados declina el poder de compra y el ritmo de fabricación se desconecta de la capacidad de absorción de los mercados.

Son estas las condiciones que Marx observaba como el desenlace de la crisis del capitalismo.

En suma, los aspectos relativos a la explotación del trabajo abordados desde la perspectiva originaria de Carlos Marx, representa un valioso instrumental teórico para la comprensión de los fenómenos de las relaciones de trabajo en el mundo de hoy.

*Politólogo. Universidad Central de Venezuela, Profesora de la Maestría de Administración del Trabajo y Relaciones laborales

Facultad de Ciencias Sociales y Económicas. Universidad de Carabobo

leticiabarrios@hotmail.com



Bibliografía

MANDEL, Ernest. (1969). Tratado de economía marxista. Tomo 1. México. Serie popular ERA.

MARX, Carlos. (1970). Manuscritos, economía y filosofía. Madrid. Alianza

MARX, Carlos. (1975). El Capital. Crítica de la economía política. Tomo 1 y 3. México. Fondo de cultura económica.

MARX, Carlos y F. ENGELS. (1986). El manifiesto del partido comunista. Moscú. Editorial Progreso.

MARX,Carlos. (1986). Trabajo asalariado y capital. Moscú. Progreso.

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