miércoles, 21 de octubre de 2009

¿POR QUÉ ES CONCRETA LA FILOSOFÍA CONCRETA?

Arnoldo Águila*





Hágase la luz.



Y se separó la luz de las tinieblas.



Y aquí reside toda la ontología.



Pues el nombrar desgaja de la totalidad indivisible un hijo rebelde que enfrenta al Todo, que ya no lo es, que ha dejado de serlo en una guerra real o imaginada que enfrenta el nombre y lo no nombrado.



O dicho de modo claro, concreto, el mismo lenguaje, el pensamiento, es un proceso analítico, esencialmente falso, y la síntesis, es un proceso ulterior de recomposición mental que jamás podrá alcanzar el Todo inabarcable; es en esencia, un autoengaño, no sólo por lo interminable de la propuesta, sino porque la síntesis misma deja fuera lo que a lo mejor debiera contener.



El Todo no existe para nosotros, o al menos, somos y seremos por siempre incapaces de abarcarlo en su extensión.



Es nuestra mente la que trata de reconstruir un todo, no el todo imposible, después de haber dividido, seccionado, lo poco que hemos abarcado.



La parte es concreta, nos golpea, nos habla; el todo es abstracto, inabarcable y mudo.



En el caso de la filosofía que resumiremos a continuación, expuesta en su totalidad en la segunda edición del libro "La Esencia Humana: Artificio vs. Natura", inédito en papel, pero que en una versión muy preliminar aparece publicado en línea en http://www.arnoldoaguila.com/menu.html, el autor se preocupó no sólo de otorgarle un nombre, sino de definirlo con un conjunto de ellos para individualizar sus partes constitutivas y mostrar su entramado de sistema filosófico, rehuyendo de esta forma la pretensión absoluta e intemporal de muchos sistemas, y asumiendo el grito de independencia que emite cada ser vivo de un aquí y ahora.



Así, la expresión analítica de este sistema es Filosofía Concreta, Relacional, Relativista y Antropológica, aunque el último calificativo se extiende mucho más allá de su sentido estricto y se usa más bien metafóricamente, para englobar los aspectos biológicos, neurológicos, sicológicos, paleo-antropológicos, sociales, además de los específicamente antropológicos, en búsqueda del Santo Grial de la comprensión de la Esencia Humana.



Pero como el autor está consciente de la falsedad implícita en el camino analítico, acostumbra a usar estos nombres sin comas entre los mismos, no para simular la integración coherente necesaria en todo sistema filosófico, sino porque en realidad existe la unidad indivisa de su contenido como Teoría de las Teorías, que eso es lo que es en definitiva el sistema filosófico que aquí se presenta: una Teoría que funciona como el anillo de la saga de Tolkien con respecto a los otros anillos, "Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos..."



Pero como también es una teoría en sí misma, burla o aplica, quién sabe, los teoremas de la insuficiencia o incompletitud del afamado matemático Kurt Gödel y, como una serpiente, termina por devorarse a sí misma.



El nombre abreviado de dicho sistema es "Filosofía Concreta", lo que en cierto sentido es una contradicción, porque el enfoque filosófico de por sí conlleva generalización abstracta en búsqueda de lo Inabarcable. Pero no sólo es que existe una escala desde lo que relativamente es más concreto hacia lo más abstracto, sino que "concreta", como adjetivo, significa preciso, determinado, sin vaguedad. Y este sistema filosófico tiene como fuente principal, como base de partida –pero en la que no se queda–, la información concreta que posee la humanidad, la información científica y técnica, y, aunque realiza una interpretación teórica específica, que presupone de por sí la posibilidad de otras interpretaciones, rehuye con ojeriza la floritura ornamental de la palabrería abstracta, la fuente de la que se nutre no es la especulación filosófica anterior, y no sólo se esfuerza en limitar al mínimo posible la especulación propia, sino que trata de explicar la Realidad para que se entienda, no de hacerla más incomprensible de lo que ya es. En ese sentido trata de seguir el consejo de Feuerbach haciendo una afilosofía con un lenguaje afilosófico . Y en esa actitud existe un pragmatismo que no puede descartarse aduciendo superficialidad o falta de rigor, pues cuando se enfrenta la realidad con una visión concreta debe primar el lenguaje unívoco y la lógica de la Navaja de Occam, que establece que entre varias explicaciones de similar validez para un fenómeno dado, la más sencilla es probablemente la correcta.



La visión de la Filosofía Concreta organiza las otras teorías en un eje bipolar que viaja desde lo Concreto hacia lo Abstracto, y las juzga y evalúa desde lo concreto, cuya base obviamente son las sensaciones y las percepciones y el polo superior de lo abstracto es la especulación pura, con escasa o ninguna relación con las actividades prácticas o concretas, como se puede visualizar en la imagen que se brinda a continuación. De ese modo el calificativo al que aspira es el de Filosofía Supracientífica, como lo es también, más concreta aún, la Filosofía de la Reproevolución de Miguel García Casas , y todavía mucho más concreta, con poco despegue de las ciencias, la del Nuevo Humanismo del doctor Claudio Gutiérrez .

Figura 1



Y es que, en la historia personal del autor, la Filosofía Concreta nació de la crítica al marxismo-leninismo y del retorno a la base científica que decían los creadores y propulsores que poseía dicha filosofía.



El marxismo se apropió de la calificación de "filosofía científica", desde el inicio, por Marx mismo y por Engels, quien en el entierro de Marx, equiparó la obra de éste sobre la sociedad, con la obra de Darwin sobre la naturaleza, diciendo: "De la misma forma que Darwin descubrió la ley de desarrollo de la naturaleza orgánica, descubrió Marx la ley de desarrollo de la historia humana". Pero no sólo el marxismo no es una filosofía científica, como demostraremos a continuación, sino que ninguna filosofía puede ser científica, razón por la que la Filosofía Concreta no reclama tampoco dicho galardón.



Dice José M. Roca sobre Marx en "Marxismo y Posmodernidad" :



"Y aquí hay que advertir que el propio autor como persona ayuda poco en esta tarea, pues parte de los obstáculos hallados al tratar de interpretar su pensamiento proviene del entrelazamiento en su obra de los impulsos suscitados por dos acusados rasgos de su personalidad.



'Marx posee dos cualidades –tener la fría cabeza del sabio y el ardiente corazón del revolucionario– que, si bien componen un magnífico complemento para un singular ejemplar humano, representan posturas muy distintas ante la vida.



'Si el sabio desea comprender el mundo; el revolucionario desea cambiarlo y pronto; si el sabio asume el adagio de omnibus dubitandum (dudar de todo), el revolucionario considera nada humano me es ajeno; si el sabio tiene como héroe a Kepler, el revolucionario tiene como modelo a Espartaco, su noción de la felicidad es luchar y su idea de la desdicha la resume en la sumisión. Y esa doble faceta de su naturaleza aparece, junto con otros rasgos de su carácter, en sus escritos, sin que el sabio, aunque lo intente, pueda acallar del todo las imperiosas demandas de acción del revolucionario. Y esa dualidad de su carácter ha sido transmitida, a través de su obra y de una determinada tradición interpretativa, a gran parte de sus seguidores".



Resulta obvio que un científico no puede poseer esa "dualidad" de carácter.



Un científico debe razonar sin forzar las conclusiones, debe armar el rompecabezas de los distintos datos sin forzar a ninguna pieza para que entre en un lugar que no le corresponde, simplemente porque necesita que entre en ese lugar.



Si usted fuerza los datos o la conclusiones para llegar a la finalidad que usted desea no está razonando, sino racionalizando.



La dualidad de carácter que señala Roca en Marx establece la sospecha de que la obra de Marx no es producto del razonamiento, sino que probablemente sea una racionalización monumental empujada por su voluntad revolucionaria, por su deseo confeso de transformar al mundo.



Y es que el mismo Marx dijo sobre Feuerbach : "Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo". Y usted ya tiene un prejuicio cuando manifiesta eso, pues sin entenderlo ya sabe que hay que transformarlo y si ya sabe que hay que transformarlo también ya sabe qué hay que cambiar antes de entender el mundo.



La actitud científica no busca cambiar el mundo, busca entender lo que está ocurriendo. Posteriormente esos conocimientos posibilitarán ciertas actividades transformativas, pero la transformación, el cambio, es un corolario del conocimiento.



En resumen, el método científico (el aceptado por la comunidad científica) consiste en tres pasos fundamentales: la adquisición de información o datos relativos al problema; la formulación de hipótesis sobre estos hechos; y la comprobación de cada hipótesis mediante la adquisición de nuevos datos de importancia o, cuando sea posible, por medio de uno o mas experimentos diseñados para determinar si la predicción basada en la hipótesis es correcta.



Para adquirir información o datos se utilizan muchos medios, diversos instrumentos, tratando siempre de que los medios usados sean lo más objetivos, posibles, basados en observaciones que puedan ser comprobadas por varios investigadores, conservadas en registros gráficos, sonoros, estadísticos, etc. En algunos campos sociales se pueden usar entrevistas, usando normas prefijadas, dejando registro escrito o sonoro de las mismas; es decir, los medios usados deben ser abiertos y verificables y no pueden residir en la cabeza, en la memoria de los investigadores.



Y analicen lo que dice Karl Marx en el prólogo a la primera edición alemana del primer tomo de "El Capital": "El principio siempre es duro; esto vale para todas las ciencias. Por eso, la máxima dificultad la constituirá la comprensión del primer capítulo, en particular, los párrafos referentes al análisis de la mercancía. En cuanto a lo que toca especialmente al análisis de la sustancia del valor y de la magnitud del valor he procurado, en la medida de lo posible, exponerlo en forma popular. La forma valor, que llega a su pleno desarrollo en la forma dinero, es muy simple y de poco contenido. No obstante, la inteligencia humana se ha dedicado a investigarla durante más de 2.000 años, sin resultado, mientras que otras formas más complejas y de contenido mucho más rico han sido analizadas, por lo menos aproximadamente, con resultado positivo. Y esto, ¿por qué? Porque es más fácil de estudiar el cuerpo organizado que las células del cuerpo. Además, para analizar las formas económicas, no se puede utilizar ni el microscopio ni los reactivos químicos. La capacidad de abstracción ha de suplir a ambos".



En este párrafo sumamente esclarecedor de los puntos que tratamos, se comprueba que Marx cree que está haciendo ciencia cuando dice "El principio siempre es duro; esto vale para todas las ciencias. Por eso, la máxima dificultad la constituirá la comprensión del primer capítulo..."



Y para hacer "su ciencia", él señala el instrumento que usa cuando dice: "Además, para analizar las formas económicas, no se puede utilizar ni el microscopio ni los reactivos químicos. La capacidad de abstracción ha de suplir a ambos".



Es decir, su instrumento es el microscopio de la abstracción, que equivale a decir que su instrumento es la especulación mental.



Y la abstracción, la especulación mental, no es un instrumento, aunque los investigadores la usen para trabajar. La especulación mental es el "instrumento" principal de los filósofos, de los ensayistas, pero no lo es en el método científico.



Una obra realizada fundamentalmente mediante el "microscopio" de la abstracción no es científica. La obra de Marx no es científica, como no lo es la Filosofía Concreta, como no lo es ninguna filosofía, pero no sólo eso, la filosofía marxista no es concreta, es abstracta, es una especulación puramente filosófica que por su pretensión de cientificidad se convierte en una filosofía pseudocientífica, solamente un escaño por arriba de los mitos, que también pretenden explicar aspectos de la realidad concreta .



Pero esto no se queda aquí.



Hay más.



En "La Ideología alemana" Marx dice: "La sociedad burguesa es la organización histórica de la producción más desarrollada y más diferenciada. Las categorías que expresan sus condiciones y la comprensión de sus estructuras permiten, al mismo tiempo, comprender la estructura y las relaciones de producción de todos los tipos de sociedad desaparecidos, sobre cuyas ruinas y elementos se halla edificada y cuyos vestigios, aún no superados, continúa arrastrando, mientras que aquello que apenas estaba entonces insinuado, se ha desarrollado plenamente, etc. La anatomía del hombre es una clave para la anatomía del mono. Aquello que en las especies animales inferiores insinúa una forma superior, no puede, por el contrario, ser comprendido sino cuando se insinúa la forma superior".



Y esto refleja una incomprensión mayúscula del camino de las ciencias, porque es absolutamente falso que "La anatomía del hombre es una clave para la anatomía del mono". Marx está planteando así que la evolución persigue una finalidad y este principio de finalidad no fue lo que planteó Darwin, ni es lo que plantea la biología moderna. Según Darwin y los científicos de hoy en día, los cambios o mutaciones se van produciendo en las especies al azar, no persiguiendo ningún objetivo que se vea claro en las especies subsiguientes. Es una incomprensión total del darwinismo lo que afirma Marx de que "Aquello que en las especies animales inferiores insinúa una forma superior, no puede, por el contrario, ser comprendido sino cuando se insinúa la forma superior", pues lo que Darwin planteó es que los cambios producidos al azar de iban haciendo permanentes por medio de la selección natural y que la acumulación de dichos cambios daban origen a las nuevas especies. Según Darwin las formas "inferiores" no están persiguiendo un objetivo superior que se manifiesta de modo claro en las formas "superiores" de vida. No se puede entender la ameba a partir del mamífero. Tampoco se puede entender la célula a partir del cuerpo organizado.



Y ese error mayúsculo de Marx, ya que invirtió el orden causal al partir del estudio de la sociedad de Inglaterra de su época para juzgar toda la historia hacia atrás, le impidió ver que si se suprimía lo nuevo que existía en la sociedad de su época, la sociedad marxista que preconizaba se retrotraería al estadio primitivo de los egipcios, etc., donde primaba la existencia de los estamentos de gobierno, la Jerarquía. Y eso explica por qué, cuando se construyeron las sociedades marxistas, reaparecieron las Nuevas Jerarquías con sus Faraones de Nuevo Cuño debido al renacimiento del poder absoluto primitivo, y es que la historia enseña, si se parte como se debe de las sociedades simples a las complejas, que las jerarquías de los tiempos iniciales fueron perdiendo ese poder absoluto a medida que fueron surgiendo propiedades y capital privados, que dan lugar a poderes en cierto sentido parajerárquicos o fuera de la jerarquía.



La Filosofía Concreta es tal porque trata de interpretar a las ciencias –y obsérvese que nunca usamos la abstracción generalizadora "La Ciencia" – polarizando las mismas desde las ciencias más concretas, las experimentales, como la Física Clásica, la Cuántica, la Biología, hasta las menos concretas de la Psicología, la Antropología, etc., porque pretende ser al menos una filosofía supracientífica , porque funciona como una Teoría de las Teorías tomando como base las más concretas y por lo tanto, se expresa en un lenguaje unívoco y sigue al pie de la letra el principio de la Navaja de Occam: su fuente no es la especulación abstracta de otras filosofías , aunque coincidirá con algunas en tanto y en cuanto ellas coincidan con la información concreta.



Aunque el francés Gabriel Marcel escribió un ensayo titulado "Filosofía Concreta", no construyó un sistema filosófico, como atestigua Alicia Barco Andrade en "El sentido antropológico del encuentro, la hospitalidad y la amistad": "Cuando llegué a la página 129 de la obra de Gabriel Marcel sobre la explicación que aporta a su ensayo de Filosofía Concreta, no como un sistema, sino como una exploración interpersonal de su existencia, para entender la condición sobre el ser en situación hacia el OTRO..."



En realidad Marcel fue un filósofo existencialista que en el "Misterio del Ser" acepta la dualidad alma-cuerpo de Descartes.



Y además, nuestra Filosofía Concreta se define como tal, no porque se acerque desarmada, de forma individual, puramente especulativa, (como hace Marcel) a la realidad concreta y sensual que nos rodea, sino porque asume los métodos sistemáticos, concretos, empíricos, de los científicos, que obviamente realizan abstracciones por la muy simple razón de que el pensamiento es siempre abstracto, pero que las tratan de mantener ancladas a la tierra que pisamos.



Y la abstracción que realiza la Filosofía Concreta, aparte de ser la mínima posible para saltar sobre los vacíos interdisciplinarios de las ciencias, persigue descubrir el Santo Grial de nuestra esencia, el elemento simple que nos define de modo completo, en su aspecto antropológico, como definiremos más adelante, y de ese modo termina por ser una Teoría sobre la humanidad del homo sapiens.



Las ciencias no estudian los seres en sí, absolutos, sin relaciones, y la Filosofía Concreta tampoco.



Todas las ciencias estudian sus entes y los definen en función de las relaciones que sostienen con los otros entes, y de ahí proviene el siguiente apellido de la Filosofía Concreta, el apellido "Relacional", y es que cada ente funciona como "el centro" de las relaciones que sostiene con los demás entes.



Heidegger establece de modo claro la diferencia de enfoque entre las filosofías abstractas y las ciencias cuando dice ""En todas partes, donde quiera y como quiera que nos relacionemos con un ente del tipo que sea, nos encontramos llamados por la identidad. Si no tomase voz esta llamada, lo ente nunca conseguiría aparecer en su ser. En consecuencia, tampoco se daría ninguna ciencia. Pues si no se le garantizara de antemano la mismidad de su objeto, la ciencia no podría ser lo que es. Mediante esta garantía, la investigación se asegura la posibilidad de su trabajo. Con todo, la representación conductora de la identidad del objeto no le aporta nunca a las ciencias utilidad tangible. Así, el éxito y lo fructífero del conocimiento científico, reposan en todas partes sobre algo inútil. La llamada de la identidad del objeto habla, tanto si las ciencias escuchan esta llamada como si no, tanto si lo escuchado son palabras echadas al viento como si dejan que les afecte" .



Ahora bien, si las ciencias son incapaces de escuchar esa llamada de la identidad del objeto es porque esa llamada no se manifiesta en relaciones determinadas con el Universo que lo rodea y sólo la escuchan el magín de un Heidegger y similares, aunque esa escucha, sí es objeto de estudio de la ciencia psicológica bajo el rubro de la autosugestión.



El siguiente apellido necesita cierta aclaración y es el de "Relativista", pues su uso en las ciencias y ya hasta en el lenguaje común, lo asocia con la Teoría de la Relatividad de Einstein y éste no es precisamente el caso.



El autor relaciona este término con el uso que hace la Física de punto o laboratorio de referencia.



Por ejemplo en los movimientos de los cuerpos, cuando usted habla de la posición de los mismos, de su velocidad, etc., lo hace siempre desde un punto de referencia y los enunciados son válidos sólo desde ese punto.



Para visualizar lo que decimos veamos el siguiente gráfico:


Figura 2



En Física para definir el movimiento de un objeto hay que especificar el punto de referencia. Si en el cosmos están usted y el autor solos (usted en "A" y el autor en "B", y usted lo ve acercándose a usted (la distancia "I" va disminuyendo), en realidad usted no puede determinar si el que se está moviendo es el autor, o es usted, porque si usted se acerca a el autor en vez del autor a usted, usted ve exactamente lo mismo.



Si aparece otra persona en la escena ("C"), a la que llamaremos “observador”, se descubre toda la complejidad de la situación, pues ya no hay sólo dos puntos de vistas y dos enunciados contrarios, sino que aparece un punto de referencia que puede permitirnos ponernos de acuerdo . Por ejemplo, el observador y el autor se mantienen sin cambio de posición el uno con respecto al otro (distancia "III" sin cambio) y entonces usted puede decir que se está acercando al autor al ver que se mueve con respecto al observador y al autor si asume que el observador se encuentra inmóvil, y la misma afirmación podemos hacer tanto el observador como el autor. Es decir, se pueden poner de acuerdo para realizar un enunciado sobre su movimiento si aceptan un mismo punto de referencia.



Sin embargo, el punto de referencia es absolutamente arbitrario, es el resultado de “un ponernos de acuerdo acerca de quién o qué es el punto de referencia”, pues muy bien se podría haber definido que usted era el punto de referencia y entonces los que estarían en movimiento serían el observador y el autor.



Es decir, los enunciados siempre tienen un punto de referencia y son validos tan sólo para ese punto de referencia.



Desde el punto de vista filosófico esto conlleva innumerables consecuencias.



Todo el que ha chocado con la Filosofía abstracta y ha sobrevivido, sabe que aquí entre otras cosas se encuentra el histórico problema filosófico "de la verdad".



Las ciencias trabajan bajo el principio de que los enunciados son verdaderos o falsos. Lo enunciados son afirmaciones o negaciones expresadas en un lenguaje unívoco sobre cualidades de una realidad específica, como en el ejemplo que dimos. Otro ejemplo: "El móvil A se desplaza de X a Y con la velocidad V, desde el punto de referencia Z".



Se sobreentiende que el enunciado es verificable por otras personas distintas de los que lo enuncian.



Así son las verdades científicas en la ciencia que es la básica: la Física.



Nada de especulación abstracta, metáforas, ni lenguaje indefinido.



Enunciados verdaderos o falsos porque corresponden o no corresponden al aspecto de la realidad al que se refieren desde un punto de referencia específico y porque pueden ser verificados por otros.



Pero la Filosofía Concreta es precisamente una filosofía supracientífica porque no es una simple divulgación de las ciencias, sino que utiliza todos los aspectos de las teorías concretas en un análisis aglutinador, sintetizador y crítico, y destaca lo que hasta los científicos más puros, los físicos, dejan fuera. Lo dejan fuera porque ellos necesitan aislar los términos del fenómeno, separar la parte para nombrarla, para reducir en algo la inmensidad del Todo; pero el aspecto que dejan fuera los experimentadores es, sin embargo, un aspecto vital de la realidad: nosotros mismos.



Y es en este "nosotros mismos" en donde la Filosofía Concreta, además de Relacional y Relativista, se hace Antropológica.



Pero por hoy, descansemos.


*Técnico de Electrónica materializó e inventor cubano-estadounidense. Autor de los libros: "La Esencia Humana: Artificio vs. Natura" y "La Clave de la Historia: Concreta vs. Marxismo".

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